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Para mí siempre ha sido difícil expresarme, en todo ámbito de cosas, y esta no es la excepción, pero aquí voy tratando de poner en palabras uno de los acontecimientos más importantes de mi vida en el plano musical, así que voy a tener que contar la historia desde el principio.

 

Cuando era pequeña, 11 o 12 años, tuve una intervención divina que me alejó de la música popular, siempre me gustó lo diferente, lo más oscuro y fuerte, principalmente Punk y en menor medida lo que llamaban Grunge. En mis inicios escuchaba generalmente la radio, grabé infinidad de especiales de grupos y géneros musicales de la época, entre ellos el Unplugged de Alice In Chains, todo en cassettes. Como en ese tiempo andaba en otra parada musical, lo pesque muy poco. Pasaron los años y un día, revisando entre mis cosas encontré el cassette de este grupo y me dije: “para qué lo tengo si nunca lo escucho”, entonces ese mismo día descubrí a Alice, de una forma más profunda, me tomé el tiempo de escucharlo e incorporarlo en mi sistema; sin saber qué decían sus letras me sentía extrañamente conmovida ante canciones como Down in a hole o Brother o, como no, Nutshell. Desde entonces no paré. Pasaba las tardes escuchándolos una y otra vez, todo marchaba increíblemente bien, recuerdo que pensaba “me gustaría verlos en vivo”, hasta que en 2002 llegó la noticia que nadie quería escuchar: Layne Staley había muerto. Siempre he sentido que empecé mi vida de fanática de Alice In Chains muy tarde, faltaba tanto por saber de la banda, tanta de su música que aún no escuchaba y, para más remate, uno de los integrantes muerto, entonces dije: aquí vamos con otro más que nunca veré en vivo, de ahora en adelante tendré que conformarme con lo que consiga en la radio o internet.

 

Yo trabajaba en el Aeropuerto de Santiago desde el año 2008 y siempre veía grupitos de gente con carteles esperando a quien sabe que personaje, me preguntaba cómo lo hacía la gente para saber en qué vuelo llegaban los artistas, ya que es información confidencial, y la idea seguía rondando en mi cabeza: el único grupo de músicos que realmente espero conocer en persona en mi vida y que esperaría por horas, es y será Alice In Chains.

El 2009 Alice lanza el “Black gives way to blue”, no lo podía creer, había esperanza.

 

El 2010, mi primer concierto, Stone Temple Pilots, platea alta, sola y, mientras esperaba a la banda, pensaba: esto no esta tan mal, si viene Alice algún día, voy a estar en cancha aunque muera aplastada por la multitud. Dicho esto, ni siquiera imaginaba lo que estaba por venir.

 

Llega el 2011, como siempre, sin novedad, pasan los meses y un día, llegando a mi trabajo del aeropuerto, uno de mis compañeros me dice: ¿a que no sabes quien confirmó para Maquinaria?, debo admitir que en ese momento casi tuve un mini infarto, le dije: nooooooooooo, es broma!, me dice: ve en la página de Maquinaria, no es broma. Después de eso, casi lloré, casi, y, llevada por el impulso característico de mi persona, compré la entrada al tiro! sin siquiera ver el precio, desde ese momento solo me ocupé de saber en qué vuelo llegarían, no podía perder la oportunidad de trabajar en este lugar, tener acceso completo a todo el aeropuerto y no verlos llegar.

 

Noviembre del 2011, ya a casi tres días del evento más increíble del minuto, y yo… yo sin tener como conseguir la información del vuelo que los traería a Chile, pregunté a todos mis amigos de las otras líneas aéreas y nada. Estaba desesperada, tan desesperada que ya en la tarde del día 9 de noviembre, escribí en google algo así como: “alguien sabe en qué vuelo llega Alice In Chains”, llegué a la página de facebook de la Comunidad de Alice In Chains Chile, los que me derivaron a otra persona: Juan Pablo de Alice In Chains en Chile, quien me dio la preciada información.

 

Coincidentemente, JP, también trabajaba en el aeropuerto y tenía full acceso, igual que yo. Nos pusimos de acuerdo en juntarnos esa madrugada del día 10, cabe señalar que nunca en la vida había visto a Juan Pablo. Teníamos confirmada la puerta de llegada, así que partimos al encuentro. Era temprano, el vuelo llegaba a las 05:50 y eran como las 05:15. La espera fue eterna, mientras con Juan Pablo hablábamos de la vida, el trabajo, etc, vemos la nariz del Boeing que se comienza a estacionar, el funcionario de Lan pone la manga en el avión y se abre la puerta. Comienzan a descender los pasajeros y Juan Pablo me dice: ahí vienen, apunté mi cámara y capturo la primera foto de la llegada de Alice In Chains a Chile de la historia: Susan Silver y William Duvall, luego pasan y salen los demás, todo fue tan rápido que solo noté que Juan Pablo desapareció delante de mí, me topé con Mike Inez, el último en salir, y le dije: Hola, somos fans de Alice In Chains y hemos esperado por ustedes desde hace mucho tiempo, Susan Silver, que se había quedado esperando a Mike, salió corriendo a encontrar a los demás, creo que para comentarles de este hecho. Con seguridad puedo decir que ellos no esperaban que un par de personas del otro hemisferio estuvieran tan emocionadas por recibirlos en su país. Logré sacarme fotos con cada uno de ellos y logré darles las gracias a todos por su música. Hasta Baldy nos pregunto qué hacíamos ahí y le dijimos que trabajábamos en el aeropuerto, nos dijo que nos veíamos jóvenes para ser fan de AIC, y que teníamos buen gusto musical. No imaginé que serían tan buena onda, tienen una energía única, mucho encanto. Una vez saliendo del área de equipajes hubo más fanáticos esperando que tuvieron la oportunidad de poder hablar con ellos y conocerlos. Fue mágico, y el show del sábado espectacular, se respiraba Alice en todos lados.

 

 

En los días siguientes al evento nadie pudo borrarme la sonrisa de la cara, algo poco común en mí.

 

El año 2013 vuelven a confirmar un concierto para Chile y la historia se repite. Yo ya no trabajaba más en el aeropuerto, quedaban amigos míos ahí, pero no tenían idea de Alice. Use mi intuición para tratar de descubrir en qué línea aérea vendrían y funcionó. Claramente, el primero en saber la noticia fue mi amigo Juan Pablo, y él decidió a quien le entregaba el dato, con estas cosas hay que ser cauteloso.

 

La recepción de Alice In Chains fue un poco diferente esta vez porque la productora estaba atenta a todos los movimientos de los fans que esperábamos fuera.

 

El concierto fue increíble, nunca pensé que escucharía Junkhead en vivo, con eso quedé alucinando por harto tiempo, la canté de principio a fin, igual que con todos los otros temas.

 

Siempre me pregunto por qué me gusta Alice In Chains y no otro grupo, y temo que no puedo responder a eso, son lo que son. Al escuchar su música me siento extrañamente viva, pese a la oscuridad, pese a su fuerza, si cierro los ojos siento que estoy nadando en un mar de vibraciones con cada nota, estimulan mis sentidos, hay una conexión especial que no puedo describir. Sin embargo, a través de este relato me atrevo a decir que simplemente son parte de mi vida.

 

Para finalizar, debo señalar que no soy una fanática desesperada por tener todo lo relativo a la banda o a cualquier banda, no me sé las fechas de cumpleaños de los integrantes o las fechas de publicaciones de cada álbum, no sueño con que uno de ellos me encuentre en la calle y se enamore de mi, que nos casemos y seamos felices por siempre, en ese sentido soy la peor fan del mundo, lo que me lleva a mi es la música propiamente tal, y disfruto mucho de lo que ellos me provocan con cada tema. Creo que los músicos desempeñan una labor realmente importante al reflejar en unos cuantos minutos situaciones vividas, sentimientos, emociones, etc., yo no tengo suficiente inteligencia emocional para lograrlo por mí misma y recurro a Alice In Chains cada vez que necesito escapar del mundo. 

 

Caty Gachon

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