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Otro de nuestros mejores y más brillantes ha caído. Layne Staley murió solo en su apartamento de Seattle en algún momento la semana pasada. Estamos todos muy tristes al final de la vida de este hombre notable, pero cualquiera que sea la causa de su muerte, no es importante, porque la muerte es en realidad sólo el signo de puntuación en la vida misma.Como un antiguo monje Zen ordenado, aprendí a meditar sobre la muerte con frecuencia - es una de las prácticas primarias. De este modo, en algún momento llegas a darte cuenta que la vida y la muerte son una y la misma, las dos caras de una misma serie continua. Si la vida puede expresarse como un círculo, entonces nacimiento y muerte son literalmente, la misma singularidad en ese círculo. El Jefe Sealth, líder indígena de lo que se convirtió en Seattle, dijo una vez: "No hay muerte, sólo un cambio de mundos".

 

Ahora Layne Staley ha cambiado sus mundos.Aprendí hace mucho tiempo que las adicciones y los obstáculos de una persona no son más que la capa exterior que oculta el verdadero espíritu interior. Si tuvieron la suerte de conocer a Layne, ustedes sabrán de lo que estoy hablando. Si nos fijamos en sus fortalezas y talentos, su regalo para nosotros se hace en claro: Su vida se expresó en sus palabras y en su música. Escuchenlas! Dijo mucho en un período muy corto de tiempo. Una de las cosas que siempre me quedó grabada sobre Layne fué una conversación tuvimos sobre nuestros trabajos en el pasado.

 

Él y yo trabajábamos como carpinteros, y hablabamos de nuestras vidas antes y después del éxito musical. Ambos coincidimos en que la música era, por lejos, una profesión mucho más difícil que requería una enorme cantidad de disciplina y fortaleza física. Podrías dejar el cinturón de herramientas en el lugar de trabajo después de un día de trabajo, pero la música tenías que llevarla contigo mucho después que salías del estudio o el escenario. ERA tu vida. Se acercó a su "trabajo" como un hábil artesano y creo que es por eso que cualquier músico que ha tenido que trabajar de verdad para ganarse la vida, puede identificarse en ese collar azul, del tipo hombre trabajador, el camino que Layne recorrió.

En Memoria de Layne Staley, por Barrett Martin

Cuando estaba en el peak de la grandeza, él era increíble de contemplar. El dominio de su voz y su carisma natural era una combinación muy rara de hecho y aquellos de nosotros que estuvimos en gira con él y lo vimos en el escenario recordamos el poder que tenía. Su estilo vocal único ha sido imitado con frecuencia desde el apogeo de la escena musical de Seattle, pero nadie podrá alguna vez realmente acercarse a él en su maestría. Él fue sin duda "un natural" y uno no podría haber imaginado una encarnación más perfecta de un cantante de rock. Sorprendentemente, detrás de esta imagen externa, era un hombre muy inteligente, amable y humilde.

 

Cuando Alice y los Trees giraron juntos en el transcurso de 12 meses, y por tantos países, vi a un lado diferente de Layne. Su lista de invitados, por ejemplo, no era para los amigos o los patrocinadores de élite del circuito de rock, sino que era para los chicos que no podían darse el lujo de comprar un ticket de entrada. Recuerdo una discusión que tuvo con un tour manager que necesitaba que Layne le diera los cupos de su lista para unos personajes VIP. Layne se negó a renunciar a su lista diciendo: "Esas personas pueden comprar sus propios tickets, esos chicos que están enfrente del club no pueden". El se negó a ceder en esto y es ahí cuando supe que realmente tenía una moral firme. Porque esos chicos eran los que él pensaba que realmente debían ver su show, ellos los desposeídos.Recuerdo ir con él deambulando por las ciudades europeas y hablar de la edad y la historia de los lugares en los que estábamos, maravillados por la arquitectura, las diferencias de estilo.

 

Él realmente tenía un intelecto agudo y un gran sentido del humor y siempre se reía de cosas profanas.Un par de años más tarde, cuando formamos nuestra propia banda, Mad Season, hablamos de cómo nuestras experiencias de vida, juntos y por separado, nos habían llevado a todos a este singular punto. El punto de tomar la decisión de crear juntos, con la intención enfocada de hacer un gran álbum.Y eso es exactamente lo que hicimos. Hicimos el disco que queríamos hacer, trataba de cómo nos sentíamos, musical y espiritualmente. Siempre he sentido que era el disco de rock de mayor calidad que he tenido el privilegio de hacer, y creo que el resto de la banda estaría de acuerdo.

 

Desafortunadamente, perdimos de Baker Saunders, el bajista, hace un par de años, de una manera similar. Ahora sólo hay tres de nosotros que quedamos de esa banda, pero la música que hicimos juntos es la declaración de esa amistad y confianza. Y creo que eso es lo que definió a Layne como artista: porque hizo el tipo de música que quería hacer, no lo que las tendencias dictaban. Abarcó un amplio rango a través de la música popular con su estilo y ayudó a definir las tendencias que aún están siendo copiados el día de hoy. Vivió lo que otros fingían. Y entonces escribió acerca de esto.

 

Mi mejor recuerdo de Layne fue cuando estábamos haciendo el álbum Above. Él estaba en el salón del estudio leyendo El Profeta de Kahlil Gibran. Yo lo había leído unos pocos años antes, así que empezamos a hablar de lo que significaba ser un artista y tener un mensaje espiritual. No necesito entrar en los detalles de la conversación, pero basta con decir que Layne Staley se sentía como si estuviera en una misión espiritual a través de su música.

 

No una misión de rock, una misión espiritual. Y creo que eso es evidente en sus palabras y en el timbre de su voz. Cuando lo oyes, lo sabes. Él era un artista auténtico en una época de impostores.No voy a citar a El Profeta, pueden leerlo para ustedes mismos. Pero me gustaría citar un poema de muerte japonés en la forma de Jisei, el arte de escribir un poema final momentos antes de la muerte de uno.

 

Éste parece describir mejor lo que sentía por Layne Staley, en su vida y su muerte.

Mi espada se inclina contra el cielo.

Con su hoja pulida voy a decapitar El Buddha y todos sus santos.

Deja que el rayo golpee donde tenga que hacerlo.

(Shumpo Soki, Zen Master, muerto el 14 de Enero de 1496 a la edad de 88 años)

 

Barrett Martin

(Screaming Trees, Mad Season)

 

Traducido por: Schulz

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